Y con la última pérdida abrimos a los que Cruzaron el Arcoíris; con Pumuki.
Un perro especial, un perro de los que no hacen ruido, de los que llegan en silencio y de los que se van en silencio. Qué pena, ¿verdad? Qué pena que hayan perros como Pumuki, llenos, llenísimos de un amor incondicional, de una mirada que repara cualquier alma y sin embargo, Pumuki llego solo, pero por suerte no se fue solo. Porque para nosotros ellos son partes de nuestro puzzle de la vida. Ellos no son uno más. Nosotros acompañamos a Pumuki a que descansase tranquilo, le ayudamos a encontrar la paz que nunca nadie supo darle. Allí él será feliz, su mirada estará reparando almas y corazones rotos, eso seguro. Porque Pumuki era especial quien lo conocimos lo sabemos.
D.E.P pequeño.
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